viernes, 8 de abril de 2016
Osteopatía
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viernes, 8 de abril de 2016
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Intentaremos aquí mostrar los
principios básicos de una gran metodología terapéutica, como es la Osteopatía.
Empezaremos por decir que no se trata de una profesión para médica, ni de una
medicina alternativa, ni de una serie de técnicas desconectadas de una idea de
conjunto, que puedan aplicarse fuera de un plan de tratamiento global
osteopático, concebido a partir de un "diagnóstico clínico funcional osteopático".
Se trata pues, de una disciplina
terapéutica y de un conjunto de conocimientos específicos basados en la
anatomía y fisiología del cuerpo humano, en el conocimiento de cómo intervienen
los diferentes tejidos en la producción de la enfermedad y en la aplicación de
técnicas de normalización de las funciones alteradas, técnicas que la
Osteopatía ha desarrollado durante más de un siglo de evolución de la
disciplina (la primera escuela de Osteopatía data del año 1892 en Estados
Unidos) a través de las Escuelas de Osteopatía o Facultades de Medicina
Osteopática, dependiendo del desarrollo de la disciplina en cada país.
Aunque a la Osteopatía se la
relacione fundamentalmente con problemas que afectan al aparato locomotor, lo
cierto es que trata al ser humano de forma global, como un todo, restableciendo
el equilibrio perturbado mediante técnicas manuales dirigidas a cualesquiera de
los tejidos afectados, sean estos del sistema musculo esquelético, visceral,
nerviosos etc. Se trata de una terapéutica manual que ayuda a aliviar, corregir
y recuperar lesiones musculo esqueléticas y patologías orgánicas. La intervención
osteopática realiza un diagnóstico funcional a partir del cual utiliza un
conjunto de métodos y técnicas con finalidad terapéutica y/o preventiva que
aplicados manualmente sobre los tejidos musculares, articulares, conjuntivos,
nerviosos etc. obtienen de forma directa o refleja, reacciones fisiológicas que
equilibran y normalizan las diferentes alteraciones musculares, osteo articulares,
orgánicas y funcionales, mejorando o resolviendo el cuadro clínico e incidiendo
especialmente en sus manifestaciones dolorosas.
Los mecanismos de autorregulación
en el organismo están asegurados por el sistema nervioso, circulatorio y
linfático. La pérdida o reducción de estos mecanismos intrínsecos, puede llevar
a estados patológicos. La intervención osteopática podría incidir sobre todo en
estados pre patológicos, es decir, en fases de desarreglo funcional, de
manifestaciones sintomáticas iniciales, pero por falta de información o de
cultura sanitaria, la mayoría de las veces se acude a tratamiento osteopático
en fases ya avanzadas de la alteración de salud. En estos casos, la Osteopatía
también facilita los mecanismos inherentes de autorregulación, permitiendo que
el cuerpo se recupere y consiga la normalización de las funciones alteradas, lo
que se traduce en disminución de los síntomas y reencuentro con el estado de
salud.
La Osteopatía funciona, por
tanto, respetando y facilitando la autorregulación del organismo en cualquier
patología y no tanto en hacerlo dependiente de soluciones puramente externa o
pasivas, como es la utilización, a veces excesiva, de medicamentos. La
Osteopatía, en un contexto de abordaje holístico, a través de modelos globales
biomédico psicosociales, promueve o recupera la homeostasia o equilibrio
mecánico del conjunto de los tejidos corporales musculo esqueléticos,
nerviosos, viscerales, circulatorios etc. y lo hace con la aplicación de
técnicas manuales dirigidas a los tejidos identificados como patológicos en el
diagnóstico funcional osteopático.
El desarrollo tecnológico manual
de la Osteopatía, al incidir sobre el conjunto de los tejidos mencionados, ha
propiciado la clasificación de técnicas en varios grandes grupos, según sobre
qué tejidos actúe. Así, hablamos de:
OSTEOPATIA
ESTRUCTURAL o dirigida al sistema musculo esquelético, donde aplicamos
diversas técnicas adaptadas a cada disfunción, a cada tejido, a cada paciente,
dándose durante la sesión de tratamiento, un continuo análisis y un continuo
decidir del Osteópata, sobre qué técnica aplicar.
OSTEOPATIA VISCERAL, orientada a actuar sobre los tejidos que
participan en las funciones de las vísceras, las membranas fibrosas en
relación, los músculos, los diferentes planos de deslizamiento entre los
órganos, los vasos sanguíneos, los nervios, todos los tejidos que aseguran el
funcionamiento orgánico, deben estar libres en su paso anatómico, lo que no
siempre ocurre y que puede ser debido a adherencias, tracciones miofasciales
que dificultan la normal movilidad de las vísceras. Las técnicas manuales
viscerales ayudan a liberar interrupciones en el flujo de movilidad, lo que
ofrece al organismo una base funcional más útil, productiva y saludable.
OSTEOPATIA CRANEAL Y TERAPIA CRANEOSACRA que actuando también
mediante técnicas manuales, liberan y facilitan la micro movilidad del cráneo y
el conjunto de la relación cráneo sacra a través de las membranas meníngeas y
el papel del líquido cefalorraquídeo. Algunas consecuencias de alteraciones
posturales, traumatismos, desequilibrios musculares etc. pueden afectar a
nervios craneales, arterias, glándulas y otros tejidos, a su paso por orificios
craneales o en el interior mismo, lo que puede provocar neuralgias,
dificultades de visión, audición, alteraciones de algunas funciones
glandulares, vértigos, migrañas, e incluso a través del sistema nervioso
vegetativo, trastornos digestivos, respiratorios, vasculares etc.
Durante el examen
físico osteopático del paciente, el osteópata evalúa el estado anatomo funcional
a la búsqueda de disfunciones en diferentes tejidos, en diferentes sistemas,
relacionados con la sintomatología, estableciendo y correlacionando posibles
reflejos psicosomáticos, somatopsíquicos, viscerosomáticos etc. Por ejemplo,
un dolor somático a nivel dorsal o en un brazo, puede ser el reflejo de una
afección visceral digestiva o cardíaca, lo que intentamos poner en evidencia
durante el diagnóstico osteopático y, de esta forma, tratar la causa real del
problema y no tanto el síntoma.
A modo de ejemplo, diremos
también que, la disfunción primaria o causa de todo el desarreglo mecánico
posterior que llevará a determinado segmento a ser sintomático, doloroso, suele
situarse a distancia de este y, por tal motivo, en Osteopatía tratamos la zona
dolorosa y otros segmentos a distancia causantes del encadenamiento de
tensiones, de disfunciones articulares, musculares etc. que acaban por
sobrecargar el tejido que, finalmente, presenta el síntoma doloroso. Es muy
frecuente encontrar lumbalgias que responden a una causa primaria de
antecedentes de lesiones de tobillo mal solucionadas. Esto genera una alteración
en la biomecánica de la marcha que termina por sobrecargar la zona lumbar o
cualquier otro nivel vertebral, provocando dolor y déficit funcional.
Un aspecto importante de la
competencia del Osteópata, es establecer su diagnóstico osteopático, al tiempo
que un diagnóstico diferencial o evaluación de problemas de competencia médica,
de manera que cualquier paciente con sospecha de patología en la cual no está
indicada la Osteopatía o en la que sea necesaria la intervención médica
alopática, el paciente es orientado al profesional médico para que realice el
diagnóstico y tratamiento correspondiente. Esto significa que la
complementariedad y la interrelación médico y osteópata, debe ser total para
garantizar un abordaje multidisciplinar en el paciente.
En cuanto a las indicaciones de
la Osteopatía y, debido al poco espacio del que disponemos, nos centraremos en
mencionar los problemas más frecuente que se tratan y expresado de manera muy
genérica. El campo de actuación se orienta
a todas las estructuras del cuerpo humano y, en lo que se refiere al APARATO
LOCOMOTOR, tiene importantes indicaciones en disfunciones que cursan con dolor
a nivel de la columna vertebral (cervicalgias, neuralgias, tortícolis,
dorsalgias, lumbalgias, ciáticas y, en general, neuralgias de origen vertebral
o síndromes compresivos periféricos), o a nivel del troco, región costal, así
como dolores en los miembros superiores o inferiores (secuelas de traumatismos,
esguinces, tendinopatías etc.).
Igualmente tienen indicación
especial las cefaleas y síndromes migrañosos, vértigos, trastornos digestivos
funcionales, e igualmente de los sistemas cardiorrespiratorio, circulatorio,
ginecológico etc. Multitud de trastornos relacionados con la articulación
temporo mandibular tienen indicación de tratamiento osteopático, es decir, la
relación entre el odontólogo y el osteópata amplifica los resultados en el
tratamiento de los trastornos oclusales y odontológicos en general.
En definitiva, cualquier problema
funcional que afecte al sistema muscular u osteo articular provocará, tarde o
temprano, un problema orgánico, dado que todas las funciones orgánicas están
interrelacionadas entre sí. Por ejemplo, la disfunción mecánica vertebral es
una lesión de naturaleza micro mecánica que se auto mantiene, por vía refleja,
con espasmos musculares profundos (mecanismo de defensa que pone en marcha el
sistema nervioso), muchas veces reversibles de forma espontánea o por
manipulación osteopática durante una sesión de tratamiento.
Las denominadas "medicinas
manuales", Osteopatía y Quiropráctica, surgieron a finales del siglo XIX
en EE.UU, en concreto la American School of Osteopathy fue fundada en 1892 por
el precursor de la Osteopatía, Andrew Taylor Still, otorgando el título de D.O
(Doctor en Osteopatía).
En 1962, En EE.UU se decretó la
equivalencia entre D.O y M.D (Doctor en Medicina). En Canadá, Japón, Australia,
Inglaterra y en los países de influencia anglosajona, la Osteopatía coexiste
oficialmente con otras profesiones de la salud, médicos, fisioterapeutas, quiroprácticos
etc. En la Europa continental, diversos países como Francia, Bélgica, Noruega,
Suiza, Alemania, han adoptado el formato de estudios independientes de entre 4
y 5 años, pero coexisten con modelos de complementación para Médicos y
Fisioterapeutas, quienes realizan aproximadamente 1500 h. de formación
complementaria.
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